martes, 16 de diciembre de 2014

EXCURSION A CASTULO E IZNATORAF.

Teniamos gana de conocer Castulo y, por fin el pasado dia 9, nos pusimos en marcha hacia Linares y a unos 6 km de alli llegamos al centro de interpretacion del yacimiento. Dia lluvioso y desapacible pero que no impidio una visita sosegada y placentera. Muy bien recibidos y aconsejados iniciamos la visita.
Arqueóloga en el Mosaico de los Amores
Ante nosotros una gran extension de terreno y de vez en cuando unas catas en el terreno nos van mostrando los restos de una antigua y extensa ciudad. Vamos viendo los restos de unos depositos de agua, de las conducciones, de un acueducto, hasta llegar a lo que se adivina el centro, el foro, donde unas edificaciones protegen de las inclemencias meteorologicas a algunos hallazgos importantes, que no se pueden trasladar.
Destaca, por supuesto el gran mosaico, llamado De los amores, que luce todo su esplendor.

Un poco mas alejado, otro mosaico tambien se deja ver, el de los Octogonos
Mosaico de los Octógonos, descubierto en el verano de 2013
De ahi, nos trasladamos a los restos del castillo almohade, separado de la ciudad por un pequeño barranco. Quedan pocos restos, apenas una torre y media de la fortaleza, pero que dan una idea de su poderio.

Volvemos a la ciudad y nos encontramos con lo mas espectacular del yacimiento: las termas. Una serie de arcos y galerias nos dan una idea muy fiel de este establecimiento tan romano.
Por ultimo, las murallas nos dan una idea de la gran importancia militar y politica de esta ciudad. Abandonamos la ciudad con la sensacion de que queda muchisimo por hacer y muchisimo dinero que gastar, pero que sin duda merecera la pena.



Un largo traslado, buscando donde comer, que ya era hora, nos lleva a Iznatoraf, un pueblo encaramado en un alto cerro, que habiamos visto muchas veces desde la carretera pero que no conociamos. Llegamos a la plaza, encontramos un bar abierto y alla que comimos muy bien y a un precio modico.
Y despues a pasear por sus reconditas calles, adornadas con macetas, que crean un ambiente paradisiaco.
Bonito pueblo.Conserva todavia un par de puertas de entrada a la ciudad amurallada
y unos miradores desde donde se puede ver media provincia.
Terminamos el paseo justo cuando el cura abre la iglesia y alla que nos metemos y admiramos este gran templo.
Y todo ello ambientado con un ensayo de un coro local que hace mas agradable la visita.
Terminamos la visita con la compra, en una tienda recomendada, de embutidos caseros, de fabricacion propia, en la plaza del pueblo. Y con el suave olorcillo a embutido pusimos rumbo a Jaen, siendo las 20 h de la tarde. Recomendable la visita.



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